*En una región de amplía producción de caña de azúcar, el municipio resguarda tesoros construidos por el hombre, desde haciendas, fortificaciones y estaciones ferroviarias y bellezas naturales poco exploradas.
Miguel Ángel Contreras Mauss
Córdoba, Ver.- Manantiales naturales, viejas estaciones ferroviarias, edificios porfirianos, antiguas fortificaciones y viejas haciendas envuelven un lugar llamado Paso del Macho.
Enclavado en una zona de alta producción de caña de azúcar, el municipio resguarda tesoros construidos por el hombre y bellezas naturales poco exploradas.
Una antigua Estación del Ferrocarril recibe a los visitantes; los lugareños recuerdan aún que ahí pasaba el tren viajero, con ascenso y descenso de pasajeros. En esa vieja estación, allá por 1882, arribaron italianos que emigraron de su país por la crisis económica y quienes dejaron un enorme legado con sus descendientes.
A unos metros del Palacio Municipal, un edificio estilo porfiriano, el parque Venustiano Carranza que alberga un antiguo reloj mecánico; y la parroquia Santa María de Guadalupe que guarda una pintura de la Virgen Morena donada por el ex presidente de México, Guadalupe Victoria.
El Baluarte El Fuerte, antigua construcción, punto de vigilancia y defensa, testigo inerte que sirvió para las batallas en la lucha del Ejército Mexicano contra el invasor francés.
En la comunidad de San Alejo, la ex Hacienda de San Alejo, con un pequeño ingenio donde molían la caña de azúcar. Desde aquí se puede practicar senderismo hacía las ex vías del ferrocarril que atravesaban hasta el 44 para estar.
Y el manantial El Chiquihuite recibe a decenas de familias de la región, quienes disfrutan del agua limpia y fría que ayuda a mitigar el calor.
Cosa aparte, la gastronomía local, con el platillo típico de langostinos al mojo de ajo, las tradicionales chicatanas, la flor de izote y tamales rancheros.
